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¿Cómo elegir tu primera cámara profesional para fotografía artística?

Si durante los últimos años o meses has descubierto que una de tus pasiones es la fotografía en general o la fotografía artística, y quieres dar el siguiente paso para comenzar a hacerlo de modo profesional, o simplemente para seguir aprendiendo con mejores herramientas, entonces es muy probable que estés considerando adquirir tu primera cámara profesional de gama media o alta.

¡Felicidades! Adquirir el primer equipo “en serio” es un momento muy emocionante que todos los fotógrafos solemos recordar con mucho cariño. Sin embargo, en Luz Viajera queremos asegurarnos de que hagas una elección que se adapte exactamente a lo que tú necesitas, que te dure muchos años, para que sea una inversión a largo plazo, y sobre todo, que no deje sufriendo a tu bolsillo.


Lo primero: ¿Qué tipo de fotografías te gusta tomar?


Es importante que tomes en cuenta que no es lo mismo hacer fotografía comercial en estudio, que fotografía de sociales, retratos, de paisajes, de fauna silvestre, de deportes extremos, etc. Dentro de la misma fotografía artística hay un montón de estilos a los que determinadas funcionalidades en una cámara se pueden adaptar mejor, dependiendo del tipo de iluminación que suelas usar, si haces tus tomas en interiores o exteriores, si fotografías sujetos en movimiento, si necesitas pasar “de incógnito”, etc.


Claro, no es que te tengas que constreñir a un sólo tipo de fotografía. Por regla general, una buena cámara, con los implementos adecuados, funciona bastante bien para un amplio rango de situaciones. Sin embargo, tu objetivo ahora es encontrar la mejor combinación de parámetros que facilite tomar justo el tipo de tomas que a ti más te gustan, de acuerdo al mensaje que como artista quieres transmitir.


Si ya tienes una idea más o menos clara de cómo suelen ser las circunstancias que rodean a tus tomas predilectas, entonces sigue leyendo. Si no, sería bueno que te regalaras un momento para anotar, a grandes rasgos, qué tienen de especial tus fotos, porque eso te ayudará mucho a comprender mejor los siguientes apartados.



¿Vale la pena comprar tu primera cámara de segundo uso?


Absolutamente sí. Aunque quizá estás ansioso por estrenar un modelo de última tecnología, siempre debes tener presente que “la cámara de tus sueños” probablemente sea la segunda o la tercera que adquieras. Esto no significa que la primera no vaya a ser muy especial, sino que con ella te vas a familiarizar a fondo con el ajuste de los parámetros y vas a terminar de encontrar tu estilo, algo que tienes que dominar antes de invertir una fuerte suma en un equipo nuevo con todos sus accesorios.


Por fortuna, hay muchísimas alternativas en el mercado, precísamente de fotógrafos que están vendiendo su primera cámara para comprar algo más sofisticado. Con esta opción te puedes ahorrar hasta la mitad del precio de venta y además obtener algo bien cuidado y de mucha calidad.


¿Cuáles son los tipos principales de cámaras?


En tu aventura de comprar tu primera cámara, lo primero que vas a notar es que hay varias categorías generales, que básicamente se dividen entre las compactas y las réflex.


Cámaras compactas: En realidad, no te las recomendamos mucho a menos que tu estilo de fotografía implique que tengas que poder transportar (y quizá esconder) tu equipo con facilidad. Son las típicas que compran las personas para documentar sus vacaciones y, aunque pueden llegar a tomar imágenes digitales de muy buena calidad, no llegan a diferenciarse mucho de las que podrías tomar con un celular de gama alta.


Cámaras réflex: Este tipo de equipos son más ergonómicos, y también son los más comunes entre fotógrafos profesionales y artísticos. Su diseño y su tamaño responden al espejo que tienen la función de invertir la imagen para que pueda apreciarse en el visor óptico. Casi todas las réflex son de buena calidad, pero importa mucho averiguar también el tipo de objetivos intercambiables y demás accesorios que haya disponibles para cada modelo en particular.


Entonces, si optas por una réflex para hacer, por ejemplo, fotografía panorámica, o para tomas con mucho zoom, tienes que asegurarte de que haya un buen lente disponible para tal fin.


Cámaras sin espejo: También llamadas CSC (sistema compacto), mirrorless o EVIL (electrónicas con lente intercambiable). A diferencia de las réflex, no utilizan un prisma interno y mandan una imagen digital y no “espejeada” al visor, pero por lo demás, las funcionalidades y la calidad de la imagen de los equipos CSC de gama alta son casi las mismas.


Eso sí, debes de tomar en cuenta que, aunque son más discretas, la velocidad de enfoque es un poco más lenta y no son tan ergonómicas, pues suelen tener menos botones programables y más menús digitales. Por otro lado, la batería se gasta más rápido y algunos fotógrafos aseguran que experimentan problemas técnicos en climas demasiado fríos.


Cámaras analógicas: las mencionamos por si eres uno de esos nostálgicos, entusiasmado con la idea de adquirir una cámara para revelar fotos de la manera tradicional. Todavía pueden conseguirse cámaras analógicas usadas y en muy buenas condiciones. Y algunas marcas incluso están volviéndolas a fabricar desde que lo “vintage” se puso de moda.


¿Nuestra recomendación? si quieres una cámara analógica, adquiérela como una curiosidad y no como tu equipo “de guerra”. Son mucho más delicadas, la cantidad de fotografías que puedes hacer por cada rollo es muy limitada, el proceso de revelado es tardado y los insumos caros y difíciles de conseguir, sin mencionar que la calidad de la imagen jamás será la misma que puedes obtener con una réflex.


Por todo lo anterior, lo más probable es que tu primera cámara vaya a ser una réflex o una CSC. Ahora sí, pasemos a los detalles técnicos:


Megapixeles


Antes que nada, no te dejes llevar por la idea de que a más megapíxeles, mayor calidad de imagen. Los megapixeles tienen que ver más bien con cuánto puedes ampliar o hasta qué tamaño puedes imprimir una imagen sin que se pierda la nitidez, y, en este sentido, el tamaño del sensor es lo que realmente importa porque de eso va a depender la calidad de los pixeles.


Aunados a un buen sensor, 14 o 16 megapíxeles son más que suficientes, a menos que quieras hacer fotografías que luego vas a ampliar al tamaño de un mural.


Tamaño del sensor


Las principales tecnologías de sensores son:


CMOS: Normalmente se encuentra en cámaras compactas de gama media-alta. Permiten una buena sensibilidad con poca luz.


CCD: Son los sensores de las cámaras compactas de gama baja-media, y no te los recomendamos mucho porque la calidad de imagen y sobre todo de video, sí se ve afectada.


Pero no todos los CMOS son iguales. El más grande es el “full frame” o sensor 35 mm (36 x 24 mm), que capta la escena tal cual entra en el objetivo. Seguido de los lentes con factor de multiplicación, que recortan un poco la imagen creando un efecto de zoom, como los APS-H (28,7 x 19 mm), y el APS-C (26,6 x 15,5 mm ó 22,2 x 14,8 mm). Cualquiera de estos dos últimos también va a darte buenos resultados, pero procura que no baje de allí.


Considera, especialmente si vas a hacer tomas con mucho zoom, que el tamaño del sensor con multiplicación también afecta la distancia focal del lente, porque mientras menos sea, más distancia focal le aumenta al objetivo. Por ejemplo, si usas un sensor con factor de multiplicación 1.6 junto con un objetivo de 17mm, lo que obtendrás en realidad será un efecto de lente de 22 mm. Por eso, los full frame son los preferidos de los fotógrafos que hacen tomas muy angulares o con poca luz, y los otros son ideales para fotografía en movimiento o zoom.


Lente:


Todas las cámaras traen una lente de base que es más o menos estándar. Lo importante es que tenga lentes intercambiables que permitan tomar buenas fotos bajo condiciones de luz escasa o viceversa.


Estabilizador de lente


El sistema estabilizador amortigua el movimiento al que se ven sometidos el sensor o el lente, neutralizando mediante un sistema mecánico las irregularidades en el pulso del usuario para que las fotos no queden “movidas”. Hay sistemas de estabilización dentro del cuerpo de la cámara y otros con estabilizador en el objetivo. Nosotros te recomendamos que optes por un sistema interno, de cinco ejes, especialmente si no vas a recurrir a la ayuda de un tripié para la mayoría de tus tomas.


ISO


Es el nivel de sensibilidad a la luz del sensor, y si vas a tomar fotografías en condiciones oscuras, es imprescindible que este valor en la cámara sea alto. Sin embargo, el máximo ISO de un equipo sólo es un dato orientativo, porque si lo usaras al 100% las imágenes contendrían demasiado ruido. Lo que necesitas hacer es probar qué tanto control de ruido permite la cámara a medida que aumenta la sensibilidad a la luz, y esta capacidad varía mucho de un modelo a otro.


Enfoque y FPS


Si vas a tomar fotos de objetos o personas en movimiento, por ejemplo, bailarines en pleno salto, tienes que considerar un equipo con la mayor cantidad de puntos de enfoque posible, porque eso te ayudará a que el equipo encuadre correctamente y casi en automático, además de asegurar la nitidez. Procura que tu cámara tenga un sistema híbrido de enfoque, es decir, por diferencia de contraste y también por detección de fase.


Otros dos factores que debes revisar son la velocidad de obturación, que mientras más rápida mejora las posibilidades de congelar a un sujeto en movimiento, y el FPS o “tasa de disparo continuo”. Esta última se refiere a la máxima cantidad de imágenes que puede capturar una cámara por segundo.


Complementos y accesorios


Una cámara profesional se puede complementar con muchos accesorios, los principales son los objetivos o lentes intercambiables, que sirven para realizar tomas más específicas, pero también debes tomar en cuenta una buena tarjeta de memoria, un estuche o funda que la proteja, una correa para colgarla con seguridad, un tripie para tomas fijas, una batería de repuesto o un cargador, etc.


Finalmente, queremos recalcar que, independientemente del equipo fotográfico que uses, al final lo más importante es tu creatividad y el dominio que tengas de la técnica. Así que no te quiebres mucho la cabeza tratando de encontrar la cámara perfecta. Simplemente analiza tus opciones a detalle y disfruta al máximo el proceso.


Te dejamos un útil listado actualizado de modelos entre los que puedes comenzar a comparar, pero te reiteramos que un equipo usado también es una excelente opción, sólo revisa que esté en muy buen estado.



En Luz viajera, tenemos los mejores cursos de fotografía artística online para que comiences a sacarle el máximo provecho a tu primera cámara profesional. Revisa nuestro catálogo y aprende de la mano con los mejores instructores.

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