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Net Art: romper paradigmas para crear nuevos significados

En Luz Viajera nos encanta ofrecerte los mejores cursos online para artistas visuales, pero también nos importa mucho aportar nuestro granito de arena al nutrido y apasionante discurso de las artes contemporáneas y su relación con la tecnología.


Ya hemos abierto conversación con respecto a temas tan debatidos y controversiales como el performance, la fotografía artística e incluso el videoarte, y hoy llegamos a una disciplina relativamente emergente -si se considera que tiene menos de treinta años de existencia- y que, al romper con casi todos los paradigmas tradicionales, se ha granjeado críticas absolutamente polarizadas. Nos referimos al Net Art o arte del internet.


Muchos opinan que se trata del parteaguas definitivo entre el pasado y el futuro en relación a lo artístico, pues, como veremos más adelante, el Net Art combina todas las posibilidades del multimedia con la ubicuidad absoluta y el gigantesco potencial participativo de la red.


Otros muchos, por su parte, consideran que ni siquiera vale la pena debatir si ese caótico -y a su entender, efímero- fenómeno del internet es o no arte. Para ellos, se trata sólo de un puñado de informáticos con ínfulas creativas, o de entusiastas del arte con algunos conocimientos superficiales de informática, según sea el caso, creando curiosas piezas de contenido interactivo que, a lo mucho, llegan a ser entretenidas y medianamente originales.


Entonces ¿Qué es el Net Art? ¿Vale lo mismo que uno quiera convertirse en músico de conservatorio, pintor realista, fotógrafo contemporáneo que en Net Artista? ¿Estamos frente a un peldaño en la evolución del arte o frente a un claro símbolo de su decadencia gracias a la vorágine tecnológica?


Bueno, la realidad es que antes de tomar una postura de cualquier clase, valdría la pena profundizar un poco más en lo que es el Net Art, y eso es precísamente lo que vamos a hacer hoy.


Net Art Valerio Vaneruso
Still from rest in peperony, Valerio Vaneruso, 2017

Net Art ¿Qué es y cómo se come?


Videoclip de animación realizado para el primer número de la revista Gluebalize Magazine, publicación on-line de la Biennale di Venezia (2003).


La manera más sencilla de definir el Net Art es simplemente decir que el término engloba cualquier clase de producción artística que está pensada específicamente para ser distribuida por medio del internet. Pero esto es un tanto cuanto reduccionista y de cualquier manera nos hace enfrentarnos con la pregunta de siempre: ¿y qué es exactamente “producción artística”?


Así que mejor movamos un poco el foco y partamos de su contexto histórico. Para cuando llegó el internet, las tecnologías digitales del multimedia ya tenían varios años maravillando a los artistas y performers alrededor del mundo. Muchos de ellos ya se estaban especializando en disciplinas que dependían completamente de un canal multimedia, como la fotografía artística digital, la imagen sonora, el videoarte, y un largo etc. que combinaba todos los anteriores con disciplinas clásicas como la pintura, la danza y la música. En resumen: que el tema del arte contemporáneo ya era lo bastante complejo y provocativo como para dar mucho de qué hablar a los críticos.


Pero el siglo pasado no dio tiempo de que se terminarán de resolver los debates y las posturas inciertas de la comunidad artística con respecto a la adopción de la tecnología que llevaba levantando exclamaciones escandalizadas desde que algún pionero de la fotografía dijo que aquello también era arte. En medio de la efervescente batalla entre puristas y revolucionarios, llegó el internet, que en el terreno de las artes modernas fungió como un depósito perenne de combustible para los artistas que querían terminar de romper con los paradigmas establecidos.


Prácticamente, en cuanto el acceso a internet se democratizó y una buena cantidad de la población pudo conectarse a la red desde módems caseros, comenzaron a surgir las primeras expresiones de lo que hoy conocemos como Net Art (exactamente igual que con la cámara de video portátil y el surgimiento del videoarte ¿te acuerdas?), aunque por aquel entonces este fenómeno no tenía todavía un nombre.


En la década de los noventas, una buena cantidad de pioneros, especialmente en Europa y en Estados Unidos, con ideas sobre el arte que oscilaban entre lo perfectamente legítimo y lo ambiguo, comenzaron a aprovechar los soportes digitales en la world wide web para crear obras interactivas enfocadas a la cibercultura, autorreferenciales en cuanto a la experiencia estética propia del internet, y, sobre todo, que muchas veces eran colaborativas, es decir, que quien accediera a ellas también tenía la posibilidad de manipularlas o modificarlas, lo que creó un diálogo permanente con el observador que dejó en duda si lo artístico estaba en la obra como tal -que mutaba a capricho de los cibernautas- o precísamente en este diálogo como terreno fértil para una expresión desprovista de cánones rígidos pero rica en producción de significados nuevos.


Y en eso estaban los net artistas emergentes cuando un día de 1995, según una historia que ya tiene ciertos tintes mitológicos en el gremio, el artista electrónico Vuc Cosic -que ya llevaba rato buscando un término para referirse a esta nueva corriente- recibió un mail anónimo que apareció ilegible debido a una incompatibilidad de software entre el destinatario y el remitente, y que se veía más o menos así:

J8~g#|\;Net. Art{-^s1

Lo único que se leía correctamente era “Net.Art”. Y esto seguramente le vino como anillo al dedo; es más, muy probablemente se palmeó la frente y se dijo así mismo “obviamente esto es lo que hacemos; se llama Net Art”. Luego, un amigo suyo se las ingenio para descifrar el mensaje, que, la verdad sea dicha, seguía sonando algo críptico aún siendo perfectamente legible: “Todo esto se vuelve posible sólo con la emergencia de la Red. El arte como noción se vuelve obsoleta…”


En fin, que todo cuadraba y este error informático que le dio nombre al Net Art se convirtió al mismo tiempo en leyenda y en una manera bastante locuaz de ejemplificar el potencial que tenía “lo que no debería ser así” en términos del nuevo arte digital.


Por cierto, aunque pueda ser fácil confundirnos, la documentación en línea de otras expresiones artísticas que son independientes del internet no son Net Art. Por ejemplo, un ciber recorrido por el Museo del Prado o una película de cine de arte interactivo con finales alternativos que también se puede reproducir en un DVD no entran en esta categoría. Más adelante veremos algunos ejemplos puntuales de lo que sí es Net Art.


Net Art Jodi
Jodi: wwwwwwwww.jodi.org, 1995, web project (screenshot 2012).

Hipertexto, Net Art y narrativa hipertextual


Como aprendimos en nuestra entrada anterior sobre videoarte, no necesariamente todo el arte tiene que contar una historia, pero existen muchas piezas artísticas al margen de la literatura o cine que también cuentan con una narrativa interna. Entendemos narrativa como aquel hilo conductor que nos permite contar algo de forma cronológica, llegar de un punto “a” a un punto “b” en el tiempo. Muchos conceptos en el arte se expresan sin necesidad de hacer uso del tiempo como factor, pero otros tantos sí, y en este sentido el hipertexto se configura como una nueva herramienta para que los Net Artistas jueguen de formas novedosas con la narrativa de sus obras.


Dicho de una manera más simple: con una computadora es mucho más sencillo fragmentar el hipertexto, acomodarlo de maneras diversas y vincularlo a través de la programación a diferentes enlaces audiovisuales para crear mundos bastante psicodélicos. Esta hiperficción, además de ser en sí misma un experimento interesante, tiene la particularidad de que al integrar un soporte multimedia diverso permite emular procesos de pensamiento divergentes y acercar al cibernauta, mediante el arte y desde la seguridad de su silla, a algo similar a lo que sienten aquellas personas que tienen fragmentaciones cognitivas o que utilizan alucinógenos.


Net Artistas y sitios de Net Art


El Net Art se vuelve algo complejo de definir pues integra una cantidad abrumadora de posibilidades y combinaciones, y aunque hay muchas definiciones en internet que son más o menos ilustrativas, nosotros creemos que lo mejor para que te acerques al Net Art es que te tomes el tiempo de echarle un vistazo a las propuestas de los Net Artistas más relevantes de las últimas décadas. Por ello, te dejamos aquí un breve listado con sitios consagrado sa esta disciplina:


Como puedes comprobar, el Net Art frecuentemente es interactivo y los conceptos que involucra nos hacen reflexionar profundamente sobre el papel del internet y de la cultura cibernética en nuestra vida cotidiana. Fuera de esto, la manera en que se expresa y el tipo de multimedia que emplea es de lo más diverso y puede ir desde obras “cerradas” que dejan al espectador “indefenso” al combinar imágenes, sonidos y reacciones imprevisibles o aparentemente caóticas, hasta obras abiertas con las que el usuario puede interactuar de múltiples maneras e inclusive modificarlas.


Net Art Desktop IS
Desktop IS, 1997, exhibición en línea curada por Alexei Shulgin

Etapas del Net Art


Pese a tratarse de una corriente tan joven, expertos en el tema como Nilo Casares ya dividen en etapas o fases de evolución al Net Art. Según él, el primer periodo corre de 1995 -año en que se acuñó el término- a 1997, apenas dos años, que equivaldrían a una “caja de juegos”. Es decir, que se trató de un florecimiento determinado por la curiosidad sobre qué exactamente podía hacerse con todos esos recursos multimedia en la web. En realidad, los Net Artistas requirieron muy poco tiempo para comprender que en el Internet las posibilidades eran virtualmente infinitas.


El segundo periodo según Casares es el Glam Netart o también llamado fenómeno dot com, que va de 1999 al 2001 y que básicamente puede resumirse como el momento en que los Net Artistas comenzaron a ganar relevancia en el panorama del arte contemporáneo y a obtener apoyos y subsidios institucionales, pero, por lo mismo, también se hicieron más vulnerables a las tendencias del mercado y muchos se desencantaron de ella.


Finalmente, el tercer periodo, que es el actual y que corre del 2002 a la fecha, se denomina como la fase de calma y ruido o “post Net Art”, cuando esta corriente se desvinculó un poco de su inercia revolucionaria que la auguraba como la panacea de las nuevas artes, para dar paso a una cierta maduración mediante expresiones menos pretenciosas, pero con conceptos más profundos y con un desarrollo más atinado y que cuestiona de formas más sofisticadas los paradigmas de la cibercultura.


Pero la gran pregunta es: ¿y sí es “Arte” eso del Net Art?


Esta es una inquietud que, al igual que con otras disciplinas artísticas que se sustentan en los nuevos medios, escuchamos con mucha frecuencia entre la comunidad de Luz Viajera. Nuestra conclusión, como siempre, radica en que el medio es independiente de los criterios de lo que es artístico y lo que no.


Sin duda, las posibilidades de conectividad, ubicuidad e inmediatez del Net Art pueden jugar como un arma de doble filo cuando nos lanzamos de cabeza a la creación sin tener sólidas bases respectivas a lo que hay detrás de cada medio audiovisual en términos de estética, diálogo, reflexión, pero sobre todo desarrollo de concepto, por ello seguimos haciendo gran énfasis en que este y cualquier medio son perfectamente válidos siempre y cuando los tomemos con la seriedad y la constancia propias de cualquier otro arte tradicional. La vanguardia no puede sustentarse sólo en el rompimiento con lo precedente, sino en una transformación evolutiva que nos permita aprovechar lo nuevo sin olvidar aquello que es profundamente inherente al arte: la posibilidad de abrir nuevos significados que no lleven apreciaciones y cuestionamientos distintos de la realidad social que nos rodea y de nuestra propia realidad subjetiva.


En Luz Viajera, educación artística online, queremos ser un espacio de apertura total, que de cabida a artistas audiovisuales con inquietudes de lo más diversas, pero, al mismo tiempo, apostamos por una sólida formación artística que no deje de lado los elementos formales, estéticos, discursivos y filosóficos subyacentes que permiten que cada obra posea un trasfondo que la legitime como algo que vale la pena crear y compartir con el mundo.


Por ello, si el Net Art es algo que te llama la atención, te ofrecemos un curso de alto nivel, en los que avanzarás de la mano de profesionales expertos en el tema y con una trayectoria consolidada. Nuestro objetivo es darte todas las herramientas teóricas, técnicas y prácticas que necesitas para explorar todo tu potencial a partir de el medio audiovisual que tú elijas.



 

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