top of page

Fundamentos de la fotografía ¿Cómo tomar una “buena imagen”?

Entre un escritor, un músico y un fotógrafo realmente no existe una gran diferencia. Todos utilizan algún tipo de lenguaje ―ya sea el escrito, el sonido o la imagen― para transmitir ideas, emociones, conceptos, y hasta para contar historias. Una buena imagen o una serie de imágenes tiene la misma fuerza que un cuento bien escrito o que una melodía bien pensada, y el grado de dificultad y habilidad técnica que implica realizarla es similar.


Contrario a lo que mucha gente piensa, la fotografía es más que apretar un botón, y para tomar buenas imágenes hace falta mucho más que comprarse una cámara reflex. Si te apasiona el mundo de la imagen y quieres profundizar más en el tema y mejorar tu técnica, has llegado al lugar adecuado.


Hoy te daremos algunos consejos básicos y generales para que comprendas a grandes rasgos los criterios principales que hacen que una imagen fotográfica sea mucho más que eso, es decir, una expresión artística impregnada de tu personalidad y de tu manera única de ver el mundo. Te anticipamos, eso sí, que alcanzar el dominio de la técnica fotográfica es algo que no se logra de la noche a la mañana, y que implica muchas horas de práctica y, sobre todo, tener algo que decir; aprender a proyectar tu mirada particular a través de las imágenes que tomas con la lente.


¿Listo?


Punto número uno ¿Necesito una cámara profesional?


Un profesional que vive de la fotografía comercial o artística por supuesto que necesita un equipo de alto nivel. Sin embargo, debes tener muy claro que para aprender y explorar los fundamentos de la fotografía y la composición no necesitas más que la cámara de tu celular. Esa Canon viejita de tus papás que todavía usa carrete analógico o esa pequeña Mitsubishi digital que te regalaron a los diez años y que lleva años guardando polvo, también sirven perfectamente para tu propósito inicial.


De hecho, es cero recomendable que inviertas en un equipo más caro antes de familiarizarte bien con los detalles técnicos de la fotografía, porque sólo así podrás elegir, más adelante, un modelo que realmente cubra tus necesidades y se adapte a tu bolsillo. De momento, no hay por qué apurarnos: la cámara que tengas a la mano sirve, y vas a sorprenderte de la calidad de las fotos que puedes llegar a tomar, porque, como en casi todo, la tecnología ayuda, pero lo realmente importante es tu creatividad y talento.


Eso sí, si de inicio puedes elegir entre una cámara digital o una analógica (o sea, de las de rollo), opta por la digital primero y luego, con más bases, experimentas con la otra, así te aseguras de que tus revelados sean tomas que realmente querrás conservar. Finalmente, si alguien te dijo por ahí que la fotografía digital es menos “profesional” que la analógica, bien podrías responderle que una novela escrita en una máquina de escribir no es superior a una escrita en una laptop. Se trata sólo de una herramienta.


Y hablando de eso ¿qué es exactamente una cámara?


En este artículo no vamos a ponernos nada técnicos con terminología específica porque eso lo vas a ir aprendiendo de manera natural a lo largo del camino, no te preocupes. De momento, basta con entender que una cámara no es más que un dispositivo con una lente y un obturador capaz de regular el paso de la luz hacia un sensor interno, que al verse expuesto a la luz de la lente registra de manera digital o física la imagen. En el caso de las cámaras analógicas, la imagen se genera a modo de negativo, y luego es necesario un proceso químico bastante complejo para “revelar” la toma original.


En el caso de la fotografía digital, el sensor transforma la información de la luz en datos que luego son interpretados por un software que arroja en una pantalla la imagen tal y como la tomamos. Sencillo ¿no? En realidad, esta es una visión extremadamente simplificada y cualquier cámara que tengas hoy entre las manos es prácticamente un milagro de la tecnología. Si quieres profundizar en la ciencia y la historia que hicieron posibles la fotografía moderna, te recomiendo que te sorprendas con este artículo.


Ahora sí, veamos ¿Qué es la composición fotográfica?


Si tienes algo de sensibilidad artística, seguramente ya te has dado cuenta de que algunas fotografías son sublimes y otras son prácticamente aberraciones que hacen doler los ojos. ¿Cuál es la diferencia objetiva entre unas y otras? La respuesta corta es (sonido de redobles por favor): La composición. O sea, la suma y acomodo de los elementos de la imagen. ¿Y cuáles son estos elementos?


Luz


Sin luz no podría existir ninguna imagen, ni en el papel de las revistas, ni en nuestros celulares ni en nuestra retina. De hecho, eso a lo que le decimos imagen no es más que una interpretación visual de la luz que emiten o reflejan los objetos que “vemos”. Si hay poca luz en una toma, entonces será difícil distinguir las siluetas y los colores de los objetos, por lo cual la relación entre ésta y el observador será más forzada. Sin embargo, un exceso de luz también provoca que la fotografía se distorsione, a ese fenómeno le llamamos “sobreexposición”.



Lo ideal es que la iluminación natural de nuestros encuadres nos ayude a que la toma se vea tal y como la perciben nuestros ojos, sin embargo, hay muchas formas de jugar con este elemento para conseguir tomas más o menos brillantes y nítidas, entre ellas la iluminación artificial, el ISO ―que no es más que el nivel de sensibilidad del sensor― y la velocidad de apertura obturador, que mientras más tiempo permanece abierto, más luz puede captar.


¿Te has preguntado cómo hacen tomas profesionales y llenas de detalle de ambientes oscuros, como el cielo nocturno? Pues ajustando el ISO y dejando el obturador abierto durante varios minutos e incluso horas. Toda esa luz se acumuló para que viéramos una realidad amplificada del paisaje.



A medida que vayas perfeccionando tus habilidades técnicas, irás familiarizándote con la interacción de los elementos del triángulo de exposición (ISO, velocidad de obturación y apertura de la lente) para que de acuerdo con la toma hagas los ajustes necesarios en la cámara.


Color


El color también es un fenómeno de la luz, sin embargo, tiene más que ver con su longitud de onda que con su intensidad. Este es uno de los aspectos de la imagen que más fácilmente se distorsionan, porque siempre depende de la tonalidad de la fuente de luz que ilumine la escena. Los colores se ven bastante naturales y “correctos” bajo la luz natural del día, pero bajo focos de luz cálida o fría es como si les pusiéramos un filtro.


La famosa “corrección de blancos” sirve justamente para contrarrestar con filtros de colores complementarios una iluminación muy anaranjada o azulada. Pero también, la verdad sea dicha, sirve para jugar y ponernos creativos, así como para resaltar ciertas tonalidades. Por ejemplo, un filtro amarillo en una puesta de sol hará que el cielo se vea todavía más anaranjado.


Cuando experimentas con el color, lo más importante es el objetivo que persigues con esa imagen. Si quieres una imagen lo más fiel posible de los sorprendentes colores de una planta, te conviene más ajustar la iluminación y el balance de blancos para que los colores reflejen lo mejor posible la realidad, pero si lo que buscas es transmitir emociones y acentuar contrastes, entonces puedes ocupar la distorsión del color a tu favor.




A veces quieres que un sólo color resalte por encima de los demás para acentuar algún elemento de la composición, a veces lo que quieres es que se note mucho la diferencia entre unos y otros. En ocasiones, lo más importante son las texturas, las siluetas, los volúmenes o del dramatismo de una perspectiva, y para ello decides omitir el factor distractor del color y aventurarte con una fotografía en blanco y negro. Como ya te vas dando cuenta, las posibilidades son infinitas.





Nitidez y profundidad de campo


¿Has notado cómo en muchas fotografías el enfoque está sólo en una parte, que sí aparece con los contornos nítidos, y lo demás aparece desenfocado? En otras pareciera que todos los elementos se ven con la misma nitidez. ¿Cuál es la forma correcta? En realidad, el enfoque y la profundidad de campo son variables con los que los fotógrafos juegan para conseguir composiciones muy particulares, destacar los elementos principales de la toma y quitarle relevancia a otros, como un fondo monótono y aburrido.


La profundidad de campo se refiere a qué tan larga o estrecha es el área de enfoque, y se ve afectada por la cercanía de la lente al objeto y por la apertura del diafragma.







Líneas y tercios


La regla de los tercios es una directriz de composición que utilizan fotógrafos, dibujantes y pintores por igual, ya que permite que cualquier imagen cobre fuerza y significado estético. Antes de sacar una foto, imagínate que una cuadrícula de dos paralelas horizontales y dos verticales dividen la escena en seis partes iguales. Hay infinidad de maneras de aprovechar esa cuadrícula imaginaria y su intersecciones para distribuir los elementos de la imagen de manera más interesante, dependiendo de lo que quieras destacar. Por otro lado, también hay líneas imaginarias, rectas y curvas, que llevan la mirada hacia ciertos objetos de interés.Aléjate de la tentación de poner todo en el centro, evita líneas que alteren el sentido de la composición y déjale el resto a tu creatividad.





Lo más importante: tu sello personal

En la música y la pintura existen pautas básicas que todos los artistas conocen, y sin embargo cada uno realiza obras únicas cargadas con su estilo. Con la fotografía sucede lo mismo. Por un lado está la técnica y por otro lado está tu vena creativa personal. La fotografía es uno de tantos lenguajes que puedes utilizar para expresar tus inquietudes más íntimas y tu manera particular de ver el mundo.

Piensa y explora cuáles son los temas que más te interesan ¿son los retratos de gente interesante? ¿los paisajes? ¿los montajes experimentales? y cuál es la combinación de variables que define tu estilo personal. Quizá seas un fotógrafo que lleva el claroscuro o los ángulos en picada hasta límites impensables. Tal vez lo tuyo sea el dramatismo de las imágenes altamente reflexivas y narrativas. En este sentido, no hay nada escrito: tú decides.



Dalí Atomicus, © Philippe Halsman

Algunos trucos extra


1.- Siempre que puedas, recárgate o recarga la cámara para lograr imágenes menos borrosas. Puedes hacer un “trípode humano” flexionando una rodilla y recargando la otra junto con el pie en el piso. Si no es posible una estabilización mecánica, reducir la velocidad de obturación también ayuda.


2.- Elimina elementos o fondos que distraigan de lo que quieres resaltar en la imagen. Para ello puedes modificar el ángulo de la toma o la profundidad de campo.


3.- Utiliza iluminación oblicua para resaltar las texturas de los objetos, e iluminación a contraluz para resaltar la silueta.


4.- Aparte del flash de la cámara, puedes mejorar la iluminación utilizando superficies reflejantes de luz, como un marco cuadrado con papel aluminio.


5.- Aprovecha los patrones o el “ritmo” de las escenas con figuras geométricas repetitivas.


6.- Siempre prueba con diferentes perspectivas y puntos de fuga.



Hoy en día cualquiera puede tomar miles de fotografías con su celular, e incluso compartirlas con el mundo a través de internet. Pero no cualquiera puede crear imágenes poderosas, con significado y carga simbólica. Esa es la meta del fotógrafo artístico.


¿Quieres ir un poco más lejos? En Luz Viajera, escuela Online de artes visuales, te ofrecemos cursos de fotografía artística de gran calidad, impartidos por profesionales con mucha trayectoria, justos para tu presupuesto y que puedes tomar desde la comodidad de tu hogar. Revisa nuestras fechas de apertura e inscríbete hoy mismo.



 


Referencias







Posts Recientes
Búsqueda por Tags
Síguenos
  • Facebook Basic Square
  • Twitter Basic Square
  • Google+ Basic Square
bottom of page